(Finalista en la VII Certamen Nacional de Poesía Los Palacios y Villafranca)
La angustia está sangrando
entre mis manos,
el cielo es un crespón de
nubes negras.
Los golpes hacen músculo el
pecho
y no se entiende el alma con
mis fieras.
Los sueños han mordido la penumbra
de un mundo que, de
hipócrita, da pena.
Igual que una alimaña
peligrosa,
se ríe la ansiedad desde la
puerta.
Por dentro, escucho voces
que discuten.
Son monstruos que vigilan y me
esperan.
Parece que conversan en mi
mente
legiones de fantasmas en la
niebla.
Si miro al exterior y abro
los ojos,
la vida es una estafa
manifiesta.
Si busco resistir desde el
silencio,
me vienen a morder todas mis
bestias.
La muerte a su mirada me
convida,
a estar entre sus brazos y a
que duerma,
y trepa el corazón hasta la
boca.
Se para mi latido en las
arterias.
Después, alguien regresa del futuro
-mi doble, la que vive en
las estrellas-,
y dice con dulzura: no te
alarmes.
Hay mucha oscuridad en el
que crea.
Escríbete en los versos
aunque duela,
así es cómo florece
la belleza.
Contempla tu dolor
y hazlo poema.
Contempla tu dolor
y hazlo poema.
Rosales
Quejidos poéticos expresados con arte y comunes a la mayoría de los mortales.
ResponderEliminarPero, no obstante, hay que quejarse, la poesía está para eso y para mucho más. Por ello me quedo con el poema final,con el que coincido plenamente:
"Escríbete en los versos
aunque duela,
así es cómo florece
la belleza.
Contempla tu dolor
y hazlo poema."
Un abrazo
Muchas gracias por tu visita.
ResponderEliminarPrecioso poema, poderoso y a la vez frágil. Gracias por recordarnos del poder de la creatividad y a vez mostrar tu alma en versos.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Mariela
EliminarMe encanta. Tiene fuerza y desprende luz para continuar. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Julián.
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