jueves, 30 de noviembre de 2023
Flotar
Muy
Coronadas
Siquiera
Desistir
Habrá que resistir a las noticias,
dejar a la catástrofe que estalle.
Habrá que validar las injusticias
y echar a los deseos a la calle.
Habrá que consentirle a los canallas
que siembren de cadáveres la tierra
y cubran el jardín con sus medallas.
La lucha es una gran hija de perra.
Habrá que amaestrar el desperdicio,
volver la espalda al dios del sacrificio.
Habrá que desistir de estar despiertos.
Después vendrán las vueltas del destino,
el tiempo se transforma en asesino
y habrá que asimilar que estamos muertos.
Rosales
Búnker
Memorias del futuro
Arbórea y profunda y divergente,
extraña y bipolar y alternativa.
Después de ser cadáver, sigo viva,
normal, peridramática y presente.
Me llama el universo, suavemente,
el vértice del cielo oscuro y alto,
y nado en los reflejos de cobalto
del río donde flotan las estrellas.
Me apremio por dejar allí mis huellas
y queda hasta el futuro un solo salto.
Rosales
Hard Work
Consiste en aguantar bastante harta,
vivir como una máquina en alerta,
dejar que un mal relámpago te parta
o en ir a trabajar cuando estás muerta;
sentirse el vaso estrecho que se infarta,
el saco de boxeo en la reyerta,
la errada dirección sobre la carta,
el chasco de quien hace y nunca acierta.
Consiste en que te ataque la jauría,
que muerdan otra vez a sangre fría.
Consiste en resistir a los desaires,
que sea la hemorragia unos rasguños,
tragarse las verdades como puños
y salte la paciencia por los aires.
Rosales
Pasión
Si ves una pasión desorientada
que no sabe volar ni lo que quiere
-mi doble monocrómica y pasada-,
no vengas a anunciarme que se muere.
Si ves que es otra copia haciendo bulto
que pierde la batalla en su cabeza
y arrastra un cuerpo humano en el tumulto,
no acerques mi victoria a su tristeza.
Si ves que lleva un siglo de retraso,
que no puede avanzar un solo paso,
confiésale que siempre la he querido.
Le dices, por favor, que la abandono,
mañana está llamando y la traiciono,
y cuéntale después que ya me he ido.
Rosales
Resucitar
Remátame con pólvora o con flecha
o déjame morir en la neblina,
que llegue a la vorágine deshecha
y arranca de la rosa hasta la espina.
Lapídame a tu ritmo, y escabecha
o espera a que me pudra en la vitrina.
Disfruta de tu éxito, aprovecha.
Condéname a pasar por guillotina.
Amárgame los vuelos, la semana,
regálate dos vueltas de campana.
Empáchate de pijos y aeropuertos.
A veces se devuelve la pelota.
Si asumes que conmigo fuiste idiota,
podré resucitar de entre los muertos.
Rosales
Aunque
Contempla tu dolor. Eres tú mismo
mirándote a los ojos y de frente.
Por dentro te consume el propio abismo.
Están todas las bestias en tu mente.
Acéptalo. Permite y ejecuta.
De ti se nutre el reino de la sombra.
Escapa de los monstruos y disfruta,
pues eres quien los crea y quien los nombra.
Asume que la culpa es tu veneno.
El daño que te agrede no es ajeno
si clavas tus victorias en la cruz.
Contempla tu dolor aunque te duela.
Deshazte del amargo centinela
y sé tu nuevo salto hacia la luz.
Rosales
Demasiado
Levántate de ti, que no estás muerta.
Tu antiguo cuerpo pesa demasiado.
El cambio está llamándote a la puerta
y anuncia el funeral con el pasado.
Convierte la ocasión en un festejo,
permite que tu nueva forma acuda.
Encárnate en el próximo pellejo
y observa el espectáculo desnuda.
Ajusta el corazón al mediastino.
No queda rastro alguno del que vino
ni puedes residir sobre una herida.
Levanta de la tumba y sé murmullo,
que todo el universo es algo tuyo
y olvídate también de quien te olvida.
Rosales
Sucia
Su mente sucia acude. Me reclama
y yo me dejo hacer cuando me toca.
Tan ávida al deseo, soy la llama
si está sobre mi cuerpo y me convoca.
Murmura entre gemidos que me ama,
el ritmo es imperioso y muerde y choca.
Un último temblor y se derrama
igual que el agua fluye por la roca.
El aire es un acúmulo de olores,
la fiesta de humedades y vapores
que suben de los restos del placer.
Después, como quien nace en otra vida,
la sangre vuelve al pulso y nos convida
a ser otra vez carne. Y a querer.
Rosales
Para volar
Para sellar la celda de los miedos,
para elegir un cambio de utopía,
para empuñar el arma de los dedos
al escribir poemas todavía.
Para saber que somos inmortales,
para elevar al cosmos las neuronas,
para aprender a ser descomunales
cuando llevamos rostros de personas.
Para salvar el día de lo oscuro,
para tender el puente del futuro
o perfundir en vena todo el mar.
Para inventar el curso de los sueños,
para querer ser pájaros pequeños.
Para extender las alas y volar.
Rosales