Aquí en el Más Allá se está de vicio.
Las almas van de blanco coronadas,
Vivir sin corazón es mi ejercicio.
Tan suelta y tan curtida en el oficio,
disfruto el devenir de las jornadas.
Me sumo a las imágenes aladas.
Gozamos de un eterno beneficio.
Aquí en el Más Allá no hay madrugones,
morirse es como estar de vacaciones.
Carece de dolor liviano o grueso.
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