martes, 5 de marzo de 2024

Luna

 


La guerra sigue un curso despreciable.
La tele bombardea pesadillas.
Emigran a Plutón las maravillas.
El odio es una bestia ingobernable.

La mente es un solar manipulable.
Pelean los corruptos por las sillas.
El mundo se somete con pastillas.
Viajamos a un futuro inhabitable.

El clima va a la muerte en una flecha.
La gente es una boca insatisfecha.
No existe para el pobre la vacuna.

Los buitres del poder están en celo.
La Tierra es el hogar del desconsuelo
y algunos ya volamos a la Luna.


Rosales




Sombra y perro

 


Bajo una marca oscura y arbitraria,
por fuera estoy tan fría como el hierro.
Ocupo una entidad y la contraria.
Una mujer que vive y va a su entierro.

Parece que me oprime mi adversaria,
peleo por salirme del encierro.
Con una atemporal indumentaria,
vuelo en la sombra que acompaña al perro.

La luz, a veces hálito, se trunca
y se me enreda la palabra nunca.
No alcanzo a que mi doble se despierte.

Tal vez es un recuerdo y ya no existe,
y yo soy el fantasma solo y triste
que observa desde el lado de la muerte.


Rosales




Secreto

 


El aire entero sucumbió en la hoguera
sobre un infierno de consciencias rotas.
Ardí por dentro desde el hueso afuera.
Cayó la fuerza de sumar derrotas.

La vida entonces transformó su objeto,
mostró su rostro elemental, nocivo.
Cualquier futuro se volvió un secreto
indescifrable, agotador y esquivo.

Hallé el rescoldo del dolor amargo
en la penumbra del oscuro sello.
Cubrió mi espalda con su abrazo largo
y, muy despacio, me besó en el cuello.

Nostalgia, dime, si te irás un día
al infinito de lejanas naves
o vas a ser la interminable guía
y el alimento de mis versos graves.


Rosales




Isabel V

 



Cuando Isabel se escribe en los poemas,
su corazón es furia de cascada,
la letra le desborda la mirada
y el verso se le escurre por las yemas.

Cuando Isabel escribe con los miedos,
la fuerza eleva un reino entre los hombros,
monta un suave escenario con los dedos
y se vuelca en el mar de los asombros.

Y si Isabel, romántica o sombría,
convierte su dolor en poesía,
explota la palabra en el papel,

libera al animal que lleva dentro,
la lírica dormida va a su encuentro
y es Isabel, la auténtica Isabel.


Rosales






Anhelo

 


La paz después de oscuros nubarrones,
el frio que a otro cuerpo te convoca,
las horas de dormir entre algodones,
los besos detenidos en la boca.

La fuerza reforzando posiciones
y el alma como el hueso de la roca.
La suerte actualizando sus versiones.
El modo de brillar cuando te toca.

La magia que te envuelve de improviso,
el metro que te lleva al paraíso.
Tener entre los brazos el anhelo.

Un logro sobre el verso a la deriva,
la cápsula benigna de estar viva
y el tren cuando circula por el cielo.


Rosales




Destello

 


No quiero un adonis que compre un anillo
ni un príncipe bobo ni un guapo de entrada.
Escojo al amante de nervio y colmillo,
al ángel caído de inquieta mirada.

No busco en tus ojos purgar el pasado,
beber tus dolores, sentir tu proceso.
Me inclino al deseo de estar a tu lado,
bajar al abismo, comerte de un beso.

Escojo que llenes de fuego la tarde,
la piel y los labios, las ganas, la mente,
que brille el destello del cuerpo que arde,
y hundirte en la boca del hambre caliente.

Me cansan las lentas rutinas del día,
el tedio que mata cualquier aventura.
Yo soy quien prefiere soñar la utopía,
el ave del cielo, siniestra y oscura.


Rosales




Invierno

 


No temas, ya me voy, no pasa nada.
Conservo tu recuerdo para el viaje,
un whatsapp sin icono ni mensaje
y el mapa del invierno en la mirada.
Me voy y dejo el puesto de invitada
a un vínculo carente de paisaje.
Prefiero la verdad al personaje.
Rechazo estar de niebla atravesada.
No temas, ya me marcho y poco importa
si puedo estar tranquila o me descentro.
Se acerca un porvenir de hermosas huellas.
Mi sombra sobre el cielo se recorta,
concibo otro futuro desde dentro
y vuelvo a mi lugar en las estrellas.

Rosales