Arbórea y profunda y divergente,
extraña y bipolar y alternativa.
Después de ser cadáver, sigo viva,
normal, peridramática y presente.
Me llama el universo, suavemente,
el vértice del cielo oscuro y alto,
y nado en los reflejos de cobalto
del río donde flotan las estrellas.
Me apremio por dejar allí mis huellas
y queda hasta el futuro un solo salto.
Rosales
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