Te voy a atravesar con una espada
forjada en la herrería del tormento.
Si un día nos cruzamos un momento,
Serena, en mi lugar, desmemoriada,
bajo un recuerdo oscuro, ceniciento
y el arma blanca de mi pensamiento,
te voy a atravesar con la mirada.
Vestida de apacible indiferencia,
negando a todas luces tu existencia,
me opongo a levantarte del olvido.
Haciéndote invisible a mi retina,
el ojo de su campo te elimina
y juro que jamás te he conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario