domingo, 1 de diciembre de 2024

Cristales

 



"Ahora me parece que no fue ayer un sueño".
-Ángel González. Tan lejos. Otoño y otras luces-

Hay tanto entonces hoy de aquel pasado
como en la lluvia llena de cristales
y ocupo ahora un ser desalentado
detrás de mis fantasmas personales.
Hay tanto entonces hoy, tan al cuadrado,
que estoy entre dos saltos temporales,
en uno está el presente atravesado,
en otro es donde busco tus señales.
No sé cómo encontrarte, no te escucho,
estar sin ti se me hace largo y triste
bajo este aspecto humano y dividido.
También quiero decir: "te extraño mucho,
aquello que no fue también existe
y qué dolor tan grande es el olvido".


Rosales







Prohibida

 







Tengo cicatrices que no se pueden ver”.
~ David Bowie ~


Cerebro y corazón, con rostro opaco,
se crispan al cruzarse una dolencia.
Por ese gesto límite y maniaco,
estudian el diagnóstico a conciencia.
Les une la tristeza al hueso flaco.
Regresan al estado de emergencia.
Aunque es normal el músculo cardiaco,
prohibida está la frágil apariencia.
El golpe de la sangre, el estropicio,
sobre un pulmón de estiércol y sofoco,
se quejan de restar en tantas sumas.
.
Cuando concluyen esos dos el juicio,
el corazón afirma: "tú estás loco",
y dice la razón: "¿y tú qué fumas?"
Rosales






Instnatáneo

 



Como un golpe de angustia tras la cara del sol,
como el traje que viaja sobre el cuerpo de nadie,
como el breve segundo que precede al derrumbe
o el cadáver viviente que despierta y escribe;
como el falso destello de una hermosa mentira,
como el mundo perdido que se come las almas,
como el hondo suspiro del reloj de pared,
como el muerto que ocupa la mitad de mi sombra;
como el frío perpetuo de una piel invernal,
como el claro equipaje de una sílaba nómada,
como el pájaro triste de una noche de piedra;
como el surco en el pecho, pertinaz, instantáneo,
que enfurece a la bestia recurrente del miedo,
me amenaza el vacío cuando duerme la musa.

Rosales





Más

 


Más grave que el confort del asesino,
más larga que la mano del canalla,
peor que la conciencia del cochino
debajo de su pompa y su medalla;

más negra que un crespón en el destino
sembrando de cadáveres la playa
o el turbio sobresalto repentino
de estar bajo la piel de una cobaya;

más fea que la rabia en el insulto,
terrible como el mal secreto oculto
del alma atormentada aunque se duerma;

peor que el sufrimiento innecesario,
buscando su medida en el sudario
se ve la sociedad: fatal y enferma.


Rosales






Fotocopiadora

 


Soy Fotocopiadora en mi trabajo
y ayudo a quien se acerca en el momento.
Le doy lo que me pide por debajo
si alarga sobre mí su documento.
Así paso los días, como loca.
Con cuerpo de metal y el alma hueca,
a veces voy de tinta hasta la boca
y, en otras ocasiones, quedo seca.
Aunque hay manos que pasan por encima,
Escáner es quien sube mi autoestima.
Tan guapo y tan moderno, está macizo.
Pues hoy no puedo más con el agobio,
que busquen otra esclava, tengo novio
y el cambio pide acción. Me independizo.
Rosales





Cerrar

 


¿Es, quizás, nuestro caos la canción de la nada?,
¿resistir bajo el cielo nos merece la pena?,
¿quién dirá que existimos en la antigua alborada
mientras somos la sombra de una gota en la arena?

¿Es que el alma se eleva tras el negro reposo?,
¿puede ser que alberguemos un espíritu eterno
más allá del latido que se pudre en el foso
y se escape de golpe del auténtico infierno?

¿Es aquí donde azota la fatal pesadumbre?,
¿al cerrar una etapa, baja el ego a la lumbre
porque el ánima espera la siguiente mordida?
.
Esta duda inquietante se desarma en opciones
mientras vuelve la mente con las mismas cuestiones:
¿es la muerte otro estado?, ¿dónde acaba la vida?


Rosales 





Fuego a discreción

 


Disparas con tu verso atormentado,
corazón de poeta, me acribillas,
y perfora tu aliento mi costado
cuando muerde la piel de las costillas.
Despedazas el pecho atravesado
y me pones el alma de rodillas
a través de tu ritmo desgarrado
mientras viertes en sangre maravillas.
Tu pluma, de metáfora salvaje,
incita a la explosión en el lenguaje
y tiemblo por girar al infinito,
por ver que, en cada verso, cabe un mundo,
un hábitat secreto y tremebundo
que espera reflejarse en el escrito.

Rosales





Cervatillo

 


El hombre es ese frágil cervatillo
que acude por la noche a la emboscada,
disfruta de una breve temporada
la sílaba del tiempo en el bolsillo.

El hombre, entre el infierno y el bordillo,
evita caminar hacia la nada,
pretende hacer eterna su mirada.
No alcanza a ver la muerte en el pasillo.

La vida no se alarga ni un minuto,
al fin hay que rendirle su tributo
como a un mal previsible y ordinario.

No existe infinitud aquí en la Tierra,
el alma ocupa un cuerpo, siempre en guerra,
que sube en su papel al escenario.


Rosales




Montaña

 



Cansada de nadar contra corriente,
cansada de escalar otra montaña,
un poco igual y un poco diferente,
levanto sobre el viento mi cabaña.

No bajo a ras del suelo aunque reviente.
La lengua de las aves me acompaña,
aprendo a ser veloz, a ser paciente,
y estoy lejos del miedo y la cizaña.

Jamás pienso en volver. No me motiva.
Se ve de otra manera desde arriba
y el mundo es un desorden muy pequeño.

Aquí la soledad es mi maestra,
la voz que me apacigua y la que muestra
que estoy hecha de aire mientras sueño.


Rosales 




 


Matemáticas

 


Nube de otoño,
matemáticas simples
sobre el sofá.
Rosales







Retórica de la verdad

 




 

Si pudiera decir

las palabras futuro, siempre, cosmos,

sería con tu nombre entre las manos

y la alegría intacta

de abrirle al corazón alternativas.

Si pudiera decir que ya era hora

de tenerte en mi pulso, aquí, de vuelta,

sería al convocar al universo,

con todos sus efectos especiales,

tras volver a nacer,

bajo capas de piel y de memoria.

Mientras busco tus ojos,

aseguro que vuelo, igual que tú,

al abrazo habitable

de permitir que asome lo que soy:

una verdad callada que despunta,

un temblor que se aleja del origen

y un milagro de luz recién escrito.

 

Rosales