Llegar al fin cuando la vida pasa
es aceptar que acaba la aventura.
Aquí la eternidad se torna escasa.
Si viene el muerto que te lleva a casa,
no temas, no es la muerte una tortura.
Te tomará en sus brazos con dulzura.
Verás que la emoción te sobrepasa.
Te abrazará como un amor que espera
que abandones tu piel de dentro afuera
e inicies una suave travesía.
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