A veces todavia llueven balas,
el tiempo es demoníaco y huraño
Te echo más de menos cada año.
Por muy poco conservo aún las alas.
No sabes cuánto al limite te extraño.
Alumbro la penumbra con bengalas
y soy mi soledad y me acompaño.
A veces, como ahora, pierdo el rumbo,
me voy, me desasisto, me derrumbo
y sé que tu fantasma vive aquí;
hablándome de ayer, descolorido,
me acerca tu mensaje hasta el oído:
que sigues sin poder estar sin mí.
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