Metidos en faena, en una la Ouija
de un rígido portal de espiritismo,
que vaga por la casa de turismo.
Se cuela por la luz de la rendija
-su espíritu carece de organismo-
y sabe una primicia cruda y fija
sembrada de interés y de erotismo.
Afirma que al granuja del monarca,
un tipo campechano, bobo y carca,
lo pillan con su amante adonde va
y son tan vergonzosos sus asuntos
que están alborotados los difuntos
y es más famoso allí en el Más Allá.
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