Bienvenido

 

Nadie viene a juzgarte. ¡Puedes ser lo que quieras! ( Luis Valero de Bernabé )

Bienvenido al espacio de mi tierra lejana,
más allá del alcance de la atmósfera humana,
al que siempre regreso si me pesa el control.
Es un mar infinito con millones de estrellas,
una pila de eones donde poso mis huellas
cuando el cielo se adorna tras las llamas del sol.

Sobre el claro relieve que atesoro en mi mundo,
cicatrizan heridas del pasado profundo,
pues consiente en que aflore la entusiasta verdad.
Hay montañas celestes y lagunas de plata,
animales feroces y un dragón escarlata
que comparten sus juegos sin ninguna maldad.

Sentirás al instante que te cambia la vida,
que es brillante la noche, perfumada y florida,
como el aire que abraza con dulzura el jardín.
Abandona el fastidio de llevar una carga
porque aquí la alegría toca el tiempo y lo alarga
y serás, siendo el mismo, diferente por fin.

No le temas al vuelo ni a cambiar de planeta.
Lo real no te sacia cuando naces poeta
y dibujas a versos un portal de papel.
Volverás porque intuyes que soñar es tu credo,
que liberas palabras y que ahuyentas el miedo
mientras forjas poemas con tu sangre y tu piel.

No le des tantas vueltas ni te muestres esquivo.
Habitar con la gente no supone estar vivo
si te notas ajeno desde el gris contraluz.
Bienvenido a mi espacio. Tengo ganas de verte,
de que llores de risa, que lo pases de muerte
y que alumbres mi casa con tu mágica luz.

Rosales