Porque vienes con cara de mal rollo
a joderme la vida, a dar la lata,
porque regresas a meter la pata,
a bañarme en dolor, montarme un pollo,
y me dejas metida en otro embrollo
con ese aliento tuyo que me mata,
me abandonas más sola que una rata
aunque vendas que es guay, como un gran chollo,
a ti te digo, angustia, pena negra,
te voy a confesar cuánto me alegra
decir que ya no vivo en la agonía.
Perdona si te pongo algunos cuernos
al renovar mis hábitos internos
y vivir un affaire con la alegría.
Rosales
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