Vas a soñar conmigo cada día,
como sueña la carne el labio hambriento,
a golpes de deseos en tropel.
Cometeré contigo la osadía
de apoderarme de tu pensamiento
hasta que sea de tu misma piel.
Seré placer y besos y alegría,
gemido que te deje sin aliento
o el empapado verso en el papel.
Seré un instante tuya más que mía
y sentirás lo mismo que yo siento
a través de la lucha sin cuartel.
Vas a soñarme así, no cabe duda,
adentrándote en mí, lisa y desnuda,
diciéndome al oído que me amas.
Me soñarás contigo cada tarde,
el sexo puro que de sexo arde,
como un único cuerpo entre las llamas.
Rosales
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