lunes, 28 de agosto de 2023

En todas partes

 



Ayer la vi, con su presencia hermosa,
un exceso de luz despampanante.
¡Qué espectáculo fue!, ¡qué fascinante!,
¡qué perfume de árboles!, ¡qué cosa!

Posó sobre mi piel los dulces ojos
y me sentí al instante atravesada
por una deliciosa y rica espada,
con sus pupilas de diamantes rojos.

Era un bello jardín lleno de flores,
la alegría que habita en la tristeza,
la encarnación de toda la belleza
y una mezcla explosiva de colores.

Cuando estuvo a mi lado, hablaba en verso,
y la música leve de sus labios
me enamoró con sus consejos sabios
y su metro y su rima y su universo.

Me estremeció su corazón ardiente,
¡qué suave maravilla!, ¡qué criatura!,
le dije que la amaba con locura
y me besó una vez sobre la frente.

Todavía parece que la escucho
-a mi único amor, la poesía-
despedirse de mí mientras decía:
te cuidas, por favor. Te quiero mucho.


Rosales 




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