El ánimo extraviado, brusco, inquieto,
y el juicio dando vueltas con lo mismo:
que a ver cuando deshago el espejismo
de un nosotros que cambia de sujeto.
Sin ti soy yo sin mí, nadie en concreto,
un canto a la tristeza, al fatalismo
de las fauces hambrientas de un abismo
que piensa devorarme por completo.
-Aguanta un poco más y ve sin prisa
-me digo a solas-, cálmate, revisa.
Puedes amar a quien te dé la gana-.
Entonces salta el pulso y quiero verte,
hoy sigo en mi deseo de quererte,
porque olvidar…te olvidaré mañana.
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