Ven a probar mis hondas suavidades
-mira tus manos dobles por la espera-,
y ven a iluminar oscuridades
en mi sombra dramática y ligera.
Enséñame un tropel de habilidades,
acomoda mi fondo a tu manera,
y dime en el amor barbaridades
y planta entre mis muslos tu bandera.
Con tu salto en el tiempo, en mi relieve,
demórate en la carne humedecida
y cambia mi paisaje de estación.
Cuando estoy del revés y mientras llueve,
ven, que sin ti la vida no es la vida.
Vuelve para arrancarme el corazón.
Rosales
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