Me dicen que en los sueños no se vive.
Qué saben de mi fauna extravagante
si es otra realidad quien me recibe.
Allí la fantasía se reescribe;
si elijo ser utópica y pensante,
me dicen que en los sueños no se vive.
El alma tras la piel se desinhibe
e inventa un pasto onírico y mutante
si es otra realidad quien me recibe.
Quién puede contenerme en el declive.
Aunque es una osadía alucinante,
me dicen que en los sueños no se vive.
Dormida soy la voz que te percibe
como otro yo en un mundo apasionante,
pues dicen que en los sueños no se vive
y es otra realidad quien nos recibe.
Rosales
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