Si te acecha la pena tras la puerta
y se enreda en el aire el desvarío,
huye lejos, escápate, despierta
o te engullen las sombras del vacío.
Corre más que el dolor. Ponte en alerta
aunque notes que muerde el hielo frío,
fúgate de la atmósfera desierta
sobre el ala de un alto desafío.
Has pasado por esto tantas veces
cuando intentas lograr lo que mereces
que destruyes capítulos de ayer.
No comulgues con falsos testimonios
y fulmina, de golpe, tus demonios
donde inventes un nuevo amanecer.
Rosales
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