Qué océano, qué lírica, qué musa
se funde con tu voz, se viene arriba;
qué duende, qué instrumento te motiva.
Por qué la poesía en ti abusa.
Qué música, qué cielo y con qué excusa
la viertes en tu sangre creativa
y exprimes la oportuna tentativa
para tocar su corazón de ilusa.
Qué bestia te contiene -y qué melena-,
tras dejarte la piel en cada escena
al vencer con tu espada el desafío.
Tú eres de otro mundo, de otra parte
y, cada vez que brillas con tu arte,
se apodera de mí un escalofrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario