Ahíta de estrecharse, se doblega
la mente, bajo el moho y la doctrina.
Se expande igual a cero en su bodega
Extraña, como el pájaro que ruega,
un sueño se le asoma a la retina.
Aguardan las neuronas otra entrega.
Planea levantarse de la ruina.
Si fuera una sustancia permeable,
un líquido incoloro y saludable
o el llanto de una nube en la piragua,
tal vez su proporción, hecha de hierro,
pasara, tras un largo y crudo encierro,
a ser en cada molde como el agua.
Rosales
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