Tengo un novio que
triunfa en la sabana
tras el necio consejo
de la hiena,
no hay vasallo que tosa
en su melena,
pues destripa un
rebelde a la semana.
Ensangrienta sus fauces
de mañana
y al primate lo deja
hecho una pena;
en la selva soportan su
condena
porque sirven al rey de
mala gana.
A mi amor no le pongo
condiciones
aunque sé que es un
poco traicionero
con la estirpe feroz de
los leones.
cuando intenta alcanzar
sus ambiciones
y, a pesar de sus
faltas, yo lo quiero.
Rosales
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