Mi corazón de escarcha

 

Bebí del inmortal Neptuno,
del lecho de su enorme espalda,
del rizo que le adorna el iris
con círculos de espuma blanca.
Le di mi humanidad entera
al dios que me apresaba el alma,
las olas de mi cresta oscura
y el aire de la noche clara.
Mi amor me abandonó temprano
después del resplandor del alba,
la máxima tristeza en vida
heló mi corazón de escarcha.
La ausencia de su piel me hiere,
enfermo de aguantar las ansias
y tengo que seguirle al fondo
del reino de coral y plata.
El mar anegará mi sino,
será como volver a casa,
y así recordaré sus besos
disueltos en la sal del agua.

Rosales