Te separas de mí.
Desapareces
en la recta final de
la aventura.
Se intuye claridad
tras la amargura.
La vida parte el
drama en pequeñeces.
Te vas, igual que
hiciste tantas veces.
Tras un lugar de
pesadumbre pura,
mi nueva piel renace,
luce y cura
la herida en que me
habitas y estremeces.
Me queda de la lírica
del día
la ruta de la nada a
la extrañeza,
la búsqueda sin fin
de la alegría.
Al deshacer el plan
de la certeza,
acude a la lejana
cercanía
un mañana sin ti. Sin
ti, Tristeza.
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