Sube de la tierra, y pronto acude
a besarme la urgencia repentina;
me grita el corazón que te desnude
la piel, la voz y el alma submarina.
Bájate del cielo a que me anude
al tejido deseo, que alucina.
Descubre mi sabor cuando te ayude
al buscar en mis ojos tu retina.
Es voraz mi apetito, estoy que muerdo,
vuelve al sueño del hoy desde el recuerdo,
porque el amor por una grieta asoma.
Te aguardo en este espacio, y me diluyo,
quiere ser este cuerpo algo tan tuyo
que te invita a venir. Y a que te coma.
Rosales
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