Como me lo contaron, te lo cuento
sin adornar el hondo contenido,
dicen que tras la aurora está perdido
La tristeza es su mísero alimento
porque está derrotado y confundido,
le acaricia en el lecho del latido
y la culpa lo tiene sin aliento.
Me conmueve lo frágil de su estado,
pues le azota la angustia de no verte
cuando sueña que sigues a su lado.
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