He luchado con uñas y con dientes
para vencer en cada acometida
aunque estuviera rota o deprimida
y oscilando entre cimas y pendientes.
Me ha llevado el destino a tantos frentes
que me cansa el azote de la vida;
la esperanza, tiñosa y deslucida,
no me presta argumentos suficientes.
El dolor del espíritu me tienta
a dejar de existir sin darme cuenta
y a disipar mi voz atormentada.
Cuando duerman mis restos en la fosa,
no deseo ni flores en la losa
ni quiero que en la tumba rece nada.
Rosales
No hay comentarios:
Publicar un comentario