Dos de mayo

 

Soy el soldado que lucha
en la Puerta de Toledo,
jamás he sentido miedo
por defender mi ciudad.
No me acobarda el gabacho
cuando de sangre me baña,
porque muero por España
al grito del libertad.

Son mis leyes
la nobleza,
la entereza
y el valor.
Por mi patria
invadida,
doy la vida
con honor.

Soy el coraje del pueblo,
el corazón y la espada;
matarán los ideales,
pero nunca la esperanza.

"Te han vencido los franceses",
me dicen con voz del hielo,
levanto mi gesto al cielo
cuando empuñan el fusil.
Están serenos los rostros
altivos de mis hermanos,
nos apretamos las manos
al sentir el proyectil.

Del combate
justiciero,
siempre quiero
tener sed.
Soy el alma
del soldado
que ha enlutado
la pared.

Soy el coraje del pueblo,
el corazón y la espada;
matarán los ideales,
pero nunca la esperanza.

Rosales