Un
impulso frenético que choca.
Una
urgente legión de agitadores.
El sabor
adictivo de tu boca.
El febril
festival de los olores.
La gloria
pura de sentir tu peso.
La saliva
temblando en el ombligo.
El golpe
de humedad en cada beso.
El ímpetu
feroz de estar contigo.
Abrirme
toda, entera, desarmada.
Acoger en
la carne sin salida
el
delicioso ritmo de tu espada.
Frenar el
corazón en la embestida.
Renacer
el latido de la nada
mientras
pierde la muerte ante la vida.
Rosales
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