Me encuentra ese dolor que me partía,
me asalta por la calle y yo le muerdo,
me arropo de cobarde valentía
y voy conmigo en grave desacuerdo.
Me ofusco al detectar la hipocresía,
me sangra el corazón del ojo izquierdo,
le invento una fugaz radiografía
y guardo el negativo en el recuerdo.
Me hielo, me hago piedra y polvo y llanto,
me caigo, me atropello, me levanto
y observo el espectáculo en la grada.
Parece que me arrancan algo mío.
Me fundo, me deshago bajo el frío
igual que un sueño reducido a nada.
Rosales
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