Un soneto me oprime porque aflora
por la indomable luz de la garganta;
desde el hondo latido, el verso canta
con una melodía arrolladora.
.
Cuando azota el amor y el alma llora,
la inquietud emergente es tanta, tanta,
que, a fuerza de cuartetos, se levanta
y transforma la noche en dulce aurora.
..
El terceto explosiona y me libera
a través de la onírica estructura
que dibuja la pluma, alada y fiera.
.
Se diluyen mi yelmo y mi armadura
ante el cálido aroma a primavera,
y derramo la piel en la escritura.
Rosales
.
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