lunes, 4 de septiembre de 2023

Los pájaros de Marte

 


Yo sé que tengo un alma, porque duele
tras el ávido impulso de pensarte,
pues me habitas por dentro hasta que vuele
al jardín de los pájaros de Marte.

Ven a mí a que tu labio me consuele
de las noches sin luna de esperarte;
quiero ser la razón que te desvele
cuando el límite esté en ninguna parte.

En el húmedo auxilio de tu tacto,
la torrentera del escalofrío
se vierte en resplandores al contacto.

Me traspasa un temblor. Se muere el frío
con tu boca rozando el punto exacto
donde empiezo a volar. Y el cielo es mío.


Rosales 




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