Un campo de amapolas en febrero,
el mar de sol sobre una plaza umbría,
el verso que acompaña al aguacero,
un geiser donde brota la alegría.
Referente y poeta, calma, mago,
el arsenal de la palabra amable,
un banco de madera frente al lago,
quien siempre está dispuesto a echar un cable.
Es la dulzura que acompaña al fuerte,
conocerlo es hallar la buena suerte
tras esa infinitud de su grandeza.
El colega, el cofrade, y un buen tío.
Como la etapa en la que muere el frío,
Mundini es otra forma de belleza.
Rosales
No hay comentarios:
Publicar un comentario