La lágrima de ayer de nuevo asoma
por el trasluz que cruza la pupila
y el corazón, con ala de paloma,
percibe una visión que lo mutila.
Cantar una canción que se desploma
tras ver que los motivos hacen fila
es como recordar en otro idioma
un amor que acelera y descarrila.
Intento simular que no te he visto
mientras finges a un metro que no existo
y bajo otro intervalo de escalones.
Mi sombra te persigue y yo me quedo,
el suelo donde piso es todo el miedo
y muero un poco más por los rincones.
Rosales
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