Nunca escribí un poema en las Bahamas
ni volé por el aire en parapente,
nunca salí en la prensa ni en programas
ni fui otro pez siguiendo la corriente.
No quise ser la mona entre las ramas
ni me afilé una lengua de serpiente,
nunca escapé sin daños de los dramas
ni pude ser perfecta y conveniente.
Nunca supe oscilar en la planicie
ni quise en los demás la superficie
y activé el modo ausente o de farola.
Jamás me han entendido mis demonios
ni me domaron falsos testimonios.
El mundo en el que vivo sueño sola.
Rosales
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