No volveré al final a tu camino.
Sólo el olvido crecerá en la historia
y partirá tu nombre igual que vino
tras una crisis negra y transitoria.
Se ha elevado en mitad del mediastino
un epitafio gris en tu memoria,
agonizó en mis manos, repentino,
el exceso de ganas en la euforia.
No me vas a encontrar jamás de nuevo
aunque busques en otra mi relevo
y cubra un turno rotativo y triste.
No me verás en nadie ni un segundo,
nunca me he parecido a todo el mundo.
Quería estar contigo y me perdiste.
Rosales
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