No vengas, corazón, que me trastocas.
Disípame en lejanas dimensiones,
ahórrame sufrir explicaciones.
Prometo responderte si me tocas.
Me iré mientras regresas. Descolocas
el ritmo y la armonía en las canciones,
la letra donde sangran mis renglones
si acortan las distancias nuestras bocas.
No vengas, corazón, que no soy fuerte
y el nudo que me aprieta en el ombligo
es insufrible cuando pienso en verte.
Amarte es mi constante y mi castigo.
No vengas, corazón, mi dulce muerte,
o vuelve, vuelve, y llévame contigo.
Rosales

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