Me verás en el aire y el espliego,
en la estrella sombría, entre la gente.
Tendrás el pensamiento recurrente
de un sobresalto que perfunda fuego.
Seré en tu corazón desasosiego,
una idea constante y permanente,
y le hablarás a mi recuerdo ausente
con la impaciencia del que eleva un ruego.
Me llamarás y acudiré desnuda
en mi traje de piel y de infinito
para sacarte a besos de la duda.
Renacerán los versos del escrito.
El luto del pasado ahora muda
si vuelves a pensar "te necesito".
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