martes, 22 de agosto de 2023

No tengo nada que decir

 


Como aflige que cese la tormenta,
que acabe una canción bajo la lluvia
o perderse otra aurora añil y rubia,
así me dueles tú. Más de la cuenta.
Así me dueles, más, y me revienta
en este ir y venir del lado incierto,
con accesos de rabia y desconcierto,
donde al cabo la piel se precipita,
el alma entera se desnuda y grita
por este amor a corazón abierto.

Con una urgencia ilógica y mundana,
hoy saltan por los aires mis certezas,
me contestan al móvil las tristezas
y responden que soy tan solo humana.
Mi voluntad se va por la ventana,
a la vida la llevo como adorno
y crece la penumbra del entorno
al reservar en la nostalgia oscura
un pasaje de avión a la locura
sin tener un billete de retorno.

Conmigo misma riño y me discuto,
pues tengo el corazón en dos mitades
-una unidad con amplias soledades-,
y no puedo olvidarte en absoluto.
Tras un espacio rojo y diminuto,
te escondo de los códigos ajenos
y vuelvo a ti con mis cuidados buenos
para abrazarme a tu caricia ausente
en esta pena mía recurrente
de echarte cada día más de menos.


Rosales 




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