Cuando llega la noche y en la cama me tenso,
cuando el cielo nocturno resplandece, infinito,
sus destellos azules son el eco de un grito
porque te echo de menos y el dolor es inmenso.
Porque te echo de menos cuando sola te pienso,
se revuelve la sangre de este cuerpo que habito.
Al sentir que me faltas, tu calor necesito ;
porque te echo de menos, soy un ser indefenso.
Con el verde en los ojos, mi pasión te saluda;
ante ti todo es nuevo, primavera incipiente.
La promesa se cumple y te espero desnuda.
Porque te echo de menos, mi deseo es urgente,
primavera que emerge, estación que se muda.
Porque te echo de menos, hoy me siento impaciente.
Rosales
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